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12/23/2006

Vivir en el Misterio (24 de diciembre)

Ya llega, y llega por Navidad. Y no me refiero ni al turrón Chsuchart, ni a las burbujitas de freixenet, ni al calvo de la lotería -por cierto, este año se le acabó el chollo, digo, o los millones-. No señores, quien llega, se llama Jesús, Dios mismo hecho hombrecito. Para los más avezados -los demás haced como que no escucháis-, os digo que esto es el Misterio de la Navidad, el Misterio de la Encarnación. ¡Uy que cosa he dicho! ¿Recuerdan que de eso trata la Navidad? Pues ya tiene mérito si se acuerdan, porque en mi corta vida, lo más próximo a esto que he visto en televisión han sido películas de Papa Nöel, y creo que ya saben ustedes lo que dista.

Los medios de comunicación y nuestras costumbres consumistas, cada diciembre, corren un tupido velo a la realidad más real. Convierten lo bello de estos días en puro convencionalismo comercial, y sé que decir esto se está convirtiendo en un tópico. ¿Pero, acaso no es verdad?

Si nos paramos detenidamente en la tele, lo único que nos encontramos son anuncios y spots publicitarios de scalestrix, muñecas, juegos recreativos,… y en la programación especial de estas fechas: películas y americanadas que nos introducen la cultura directa del consumismo y el señor Nöel. Traten de hacer un análisis estas fechas. Vean la tele y díganme cuántas veces –cuéntenlas si me hacen el favor- se hace mención del Nacimiento del Niño, una referencia al cristianismo, la presencia de los religiosos católicos en Tierra Santa,… ¡Les darán las uvas y no lo verán ninguna vez!

Lo mismo ocurre en el cine, aunque este año con gratas excepciones. La verdad, estoy bastante sorprendido cómo está mejorando la presencia y la calidad del cine con valores y cine con aportación de elementos cristianos. En la actualidad, tenemos en cartelera dos grandes peliculones que bien merece la pena que vayamos a ver. Una de ellas, se trata explícitamente de una reproducción del pasaje del Misterio de la Encarnación, la película “Natividad”. Y la otra, es “El Gran Silencio”, con gran contenido espiritual y cargado de sensaciones que nunca antes habíamos experimentado con una película.

Respecto a la prensa escrita, pasa lo mismo. Se centra desde el día 22 al 25 de diciembre en la lotería de Navidad –por cierto, enhorabuena a los agraciados-. Páginas y páginas para plasmar las fotografías de los brindis en las administraciones que han dado los premios, los listines de números de las pedreas,… Pocas fotografías de belenes, pocos artículos sobre la tradición religiosa, y qué les voy a decir, nada sobre lo familia y la fraternidad y paz que nos aporta esta Verdad.

Vemos muchos catálogos de las grandes multinacionales de regalos, juguetes, cestas navideñas, no nos dejan ver más allá. Y qué les voy a decir sobre las tarjetas navideñas. Ya no se pone la cita bíblica donde se hace mención del Misterio, ni se desea vivir con profundidad la gran muestra de amor hacia el hombre. Ahora nos encontramos que para felicitarnos la Navidad nos mandan un papel, con una foto o dibujo que no consigo yo saber lo que significa ni su relación con esta época. Y más, esas frases tan profanas que los acompañan.

Respecto a la radio, solo os digo que menos mal que está Radio María o la COPE con la programación especial, y todas esas radios que aún apuestan por el contenido que en verdad interesa a los ciudadanos.

FELIZ NAVIDAD, que el Niño que hoy nos nace les llene de amor y nos ayude a ser más humanos y hermanos.

BENJAMÍN ROMERO SANTAMARÍA